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Migrantes, armas y drogas

 Puntos clave del nuevo entendimiento entre México y EU

 

CIUDAD DE MEXICO, 8 de octubre.- México y Estados Unidos presentaron el Entendimiento Bicentenario sobre Seguridad, Salud Publica, y Comunidades Seguras para enfrentar juntos los desafíos compartidos

de seguridad como fruto del Diálogo de Seguridad de Alto Nivel (DSAN) celebrado este viernes.

Este nuevo marco establece un enfoque integral y de largo plazo para orientar las acciones bilaterales de aquí en adelante. “Juntos, podemos construir un sistema de paz, justicia y respeto por el estado de derecho”, destacaron ambos países en una declaración conjunta.

Tras la firma del Entendimiento Bicentenario, México y Estados Unidos se comprometieron a unirse para proteger a la gente de ambos país, invirtiendo en salud pública en relación con los impactos del consumo de drogas, apoyando comunidades seguras y reduciendo los homicidios y los delitos de alto impacto.

Asimismo, buscarán prevenir la delincuencia transfronteriza asegurando modos de viaje y comercio, reduciendo el tráfico de armas, apuntando a las cadenas de suministro ilícitas y reduciendo el tráfico ilegal y trata de personas.

Además, se espera desmantelar las redes criminales, persiguiendo a las personas vinculadas a financiamientos ilícitos y fortaleciendo los sectores de la seguridad y la justicia.

Algunas acciones concretas tras la oficialización del nuevo acuerdo bilateral de seguridad son, según se adelantó: la intención de firmar un Memorándum de Entendimiento para reducir la adicción a las drogas y los daños asociados con el propósito de desarrollar planes para prevenir el consumo de éstas, proporcionar tratamiento basado en evidencia y expandir la justicia alternativa a través de la educación y una mejor capacidad para proporcionar sistemas de alerta temprana y rastrear la demanda.

El acuerdo sustituye al Plan Mérida, firmado en 2008 por los presidentes Felipe Calderón y George W. Bush, respectivamente, y se basa, de acuerdo a una declaración conjunta, en la soberanía, el respeto mutuo y el extraordinario vínculo de familia y amistad que existe entre ambos países.

“Ambos países han sufrido los efectos de la adicción de sustancias, la violencia con armas de fuego, las drogas ilegales, las armas, la trata y el contrabando de personas, así como del crimen organizado en nuestras comunidades”, destacaron en la declaración presentada desde la sede central de la cancillería.

Luego de aceptar sus responsabilidades compartidas, ambos países se comprometieron a avanzar como socios para encontrar soluciones respaldadas por la justicia, la cooperación efectiva en la aplicación de la ley y un enfoque basado en datos que ayude a desarrollar estrategias en contra del crimen organizado que afecta a las poblaciones de ambos lados de la frontera.

“La delincuencia organizada transnacional ha cobrado demasiadas vidas en nuestros países. Por tal motivo, ambos países reconocemos que tenemos la responsabilidad de trabajar juntos para lograr nuestros objetivos compartidos de seguridad y paz.

“Necesitamos atender la violencia, desarticular las organizaciones criminales transnacionales, y enfocarnos en la prevención, a fin de crear las condiciones para una cultura de paz, mientras trabajamos de la mano para abordar las causas fundamentales del crimen”, destacó la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y el Departamento de Estado.